Los precios americanos se presentan como una salida para las acerías europeas que no tienen mercado interno

La debilidad de la economía europea y la caída del consumo interno ante una posible nueva etapa de recesión está gravando duramente el mercado de los laminados siderúrgicos cuyos precios siguen cayendo mes a mes.

Esta situación contrasta con la del mercado americano que ha registrado una fuerte subida de los valores de los productos siderúrgicos en el último año, según los últimos datos definitivos del pasado mes de mayo publicados por MEPS (Metal Exchange Prices Steel).

El dispar comportamiento de los precios en los dos citados mercados hace que los aceristas de la UE miren ahora hacia los compradores del otro lado del Atlántico con la esperanza de encontrar mejores márgenes que los que obtienen por las ventas en su mercado local.

En este sentido, los datos que aportan los expertos de MEPS reflejan que los precios europeos de la bobina laminada en caliente caían a finales de mayo un 6% si se compara este valor con el que se registró en junio de 2013. En concreto, la compra de una tonelada de las citadas bobinas exigía un desembolso de 470 euros en junio de 2013 mientras que esta misma operación se podía cerrar  en un total de 442 euros el pasado mes de mayo.

Por el contrario, los clientes que compraron una tonelada de bobina en caliente en el mercado norteamericano lo hicieron por un valor de 686 dólares en junio de 2013 mientras que los que remataron esta operación en mayo pasado tuvieron que elevar su desembolso hasta los 775 dólares, un 13% más.

Por su parte, el incremento del precio de la bobina en caliente en el mercado asiático entre las fechas citadas fue del 1,9% como resultado de pasar de los 568 dólares de junio de 2013 a los 579 dólares de mayo de 2014. Fruto de todas estas cifras, la media mundial arrojaba un precio de 656 dólares para la tonelada de bobina en caliente en mayo pasado.  Ello representa un aumento del 5,3% respecto a los 623 dólares del mes de junio del ejercicio anterior.

Además, hay que tener en cuenta que los precios fuera de Europa no sólo llevan una mejor trayectoria evolutiva sino que también hay que destacar que alcanzan unos valores más elevados, lo que puede animar las exportaciones europeas hacia aquellos países.

Sin embargo, no todo es negativo en el panorama siderúrgico europeo puesto que, a la vez que se recortaban los precios de los laminados, también descendían los costes de las materias primas. Así, el precio del mineral de hierro cayó un 24% interanual en el primer semestre de este año mientras que el coste del carbón se redujo un 9% y el de las chatarras un 6,4% desde enero hasta el pasado agosto. Por ahora, y a falta de que los costes energéticos sigan ese camino, se puede afirmar que los aceristas europeos han podido mantener sus resultados operativos en el mismo nivel que han tenido a lo largo de la crisis.

Este último dato viene a confirmar la importancia de reducir la factura eléctrica si se quiere dar un futuro a la siderurgia en Europa. A la siderurgia y al resto de la industria manufacturera del continente que ya lleva muchos años compitiendo en inferioridad de condiciones ya que además se ve gravada por unas cargas socio-medioambientales a las que no están sometidos en otros países competidores.

Noticia extraída del periódico Empresa XXI, nº 673. Autor: José Ramón Rodríguez.

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